martes, 16 de abril de 2013

La baja competitividad de los productos Colombianos en el mercado internacional “No tenemos por donde competir”



Colombia actualmente cuenta con más de 5 tratados de libre comercio, de los cuales los más debatidos han sido los firmados con EEUU, donde el gobierno americano abastece con subsidios el sector agricultor, y  el tratado de libre comercio con Corea del Sur que entre otros factores intrínsecos ha inquietado al sector automotriz por la magna competencia que  representarán los autos provenientes de industrias coreanas en el mercado nacional. Con todo y las incongruencias de planteamientos, adeptos, pugnas y criticas de lo que representa la firma de tratados que promueven e incentivan algunos sectores económicos pero que van en detrimento de otros (en una asimetría interna de competitividad), la carrera por la firma de tratados comerciales aún no para  y se enfilan con entusiasmo los de países como Panamá y Costa Rica que esperan  legitimarse en el 2014.

La competitividad nacional se ve resquebrajada por condiciones de entorno desfavorables para la producción de ciertos insumos y el proceso de industrialización que aún se ve bastante exiguo y precario, acompañado de una tasa de cambio desfavorable que ha venido en picada a ubicarse en niveles de hasta 1.780 pesos por dólar[1]. Todos estos factores se sumaron a desmontar el esquema de competitividad artificial que se mantuvo durante años bajo el amparo de una devaluación en la moneda que cada vez se hace más insostenible y  donde las medidas optadas por el banco de la república por medio de la política monetaria, siguen siendo de carácter cortoplacista y dan solución a desfases coyunturales mas no estructurales.

El descontento de sectores productivos que cada vez ven menos plausibles las medidas asistencialistas del gobierno y que ven resquebrajarse la salvaguarda de la tasa de cambio, ha conllevado a fenómenos como el paro cafetero de febrero de este año que va sobreponiéndose a la cometida del gobierno al obtener un subsidio de $145.000 por carga de café en el momento de la venta[2] y el descontento de otros sectores como el textil y el arrocero, llevando a múltiples economistas a evaluar las implicaciones del boom minero energético en el país cuya ponderación dentro de las exportaciones ocupan un 56,78%[3] del total. Todo esto con el fin de tratar de atribuir a un ámbito concreto la actual malformación del mercado que abarca entre otros efectos negativos producidos por este sector, un daño medio ambiental, alta plusvalía y baja utilización de mano de obra. Tanto así que especialistas en política monetaria empiezan a dudar respecto a si la revaluación del tipo de cambio realmente debería atribuirse al sector minero energético cuando en el 2012 la balanza comercial cerró con un  superávit de solo 4.915 millones de dólares FOB[4], valor poco significativo para generar una revaluación de tal magnitud como la actual. Es así, como se empieza a dar forma a argumentos que colocan en tela de juicio la total atribución del sector minero a  las revaluación cambiaria, como lo expresa el economista Alejandro Ramírez  en un artículo para el periódico portafolio “la respuesta al problema de la revaluación hay que buscarla en las enormes expansiones monetarias gringas, y en la compra y venta diaria de dólares en la BVC”[5] ; Sin obviar otros detonantes como lo son las tasas de interés relativamente menores en la economía gringa, el déficit fiscal colombiano y el aumento de la confianza inversionista en la economía local.

Con esto se evidencia la dependencia comercial de Colombia, no solo al tipo de cambio, sino su exposición a diversos factores exógenos que no terminaran de aparecer en un entorno de globalización y cada vez más interdependiente. El interrogante y factor de discusión no es arremeterse en contra del sector minero energético, la expansión monetaria en Estados Unidos o los manejos macro financieros a base de la especulación, sino la ineficiencia que parece ser generalizada de todos nuestros sectores productivos. No hemos encontrado como competir, porque no se ha planteado la necesidad. Siempre se han tratado de empujar sectores ineficientes con subvenciones y apoyos artificiales que realmente no han logrado especializarse y ofrecer atractivos precios internacionales a la economía global; Lo que no ha sucedido en países como Finlandia, Irlanda e inclusive Corea del Sur (a modo de ejemplo) que  aunque presentan un entorno menos rico en diversidad de fauna, flora y recursos naturales, lograron hacer frente a la adversidad y  sobresalen por medio de la tecnología e innovación, no sólo siendo los mejores a nivel local, sino destacándose a nivel mundial engalanando los primeros puestos en competitividad según el International Institute for Management development (Citado en el próximo escenario global 2002).

La otra arremetida que sirve de aliciente para socavar la baja competitividad  Colombiana ante el flagelo de los mercados internacionales, es el tomar como fuente primaria la exportación de insumos y productos con poco valor agregado y que además son no renovables, ofreciendo una temprana y corta solución a las vicisitudes en materia económica. Las políticas de desarrollo económico  se han enfrascado en las regalías del sector minero energético, que no han contribuido de forma notoria a mejorar indicadores de bienes social, y en insumos primarios que en su mayoría no logran ser transformados en productos finales, siendo ineficientes en sus procesos productivos y contando además con una demanda inelástica a precios internacionales en el mercado mundial. Así con todo esto, es muy difícil realizar reciprocidades con mayores ganancias comerciales cuando los términos de intercambio se establecen con bienes y servicios que presentan asimetrías en las ganancias del comercio.

Si finalmente se partiera como hecho de acción acabar con todos los sectores económicos ineficientes de nuestro país y se contrarrestara con la necesidad ferviente de encontrar un verdadero sector de competencia internacional, nos enfrentaríamos al  desagravio de la casi inexistente movilidad de la fuerza laboral dentro de sectores económicos, que se refleja, entre otros factores, en una educación que no alcanza los altos niveles de calidad y no ofrece la asistencia y cambios de fondo tan necesarios en un mundo de constante mutación y que debe hacer frente a las nuevas necesidades que nacen en el mercado global.


Nathalie Reyes




[1] Fuente: La república. “El peso Colombiano es ahora la más devaluada de las monedas emergentes”. Septiembre 1 de 2012. http://www.larepublica.com.co/finanzas/el-peso-colombiano-es-ahora-la-m%C3%A1s-devaluada-de-las-monedas-emergentes_19544
[2] Fuente: El espectador. “Los costos del paro cafetero” http://www.elespectador.com/noticias/economia/articulo-409229-los-costos-del-paro-cafetero
[3] Fuente: Colombia, exportaciones totales, según CIIU Rev. 3. 2013
[4] Fuente: DANE. Colombia, balanza comercial 1980 - 2012 (Enero - diciembre)
[5] Fuente: La república. El dilema de la tasa de cambio. http://www.larepublica.com.co/el-dilema-de-la-tasa-de-cambio_32333

viernes, 8 de marzo de 2013

La Unión Europea y el comercio internacional como estrategia para contrarestar la crisis




Actualmente, La unión Europea no agota herramientas y alianzas internacionales estratégicas a nivel comercial para lograr la posición y estabilidad económica  que tanto caracterizó hasta hace un poco más de 5 años a dicho bloque.
Con un desempleo de más de 25% en Grecia y España y de más de 15% en Portugal[1], el contexto económico y social enmarcado en políticas de austeridad fiscal, no prometen que el entorno cambie a menos que se establezcan, entre otras medidas, acuerdos comerciales estratégicos con otras economías que hagan sus veces de “economía jalonadora” en un juego comercial de suma positiva.


Observar como Europa acude a Estados Unidos en búsqueda de cooperación económica internacional mediante la reducción arancelaria a las importaciones estadounidenses, me rememora el pasado 26 y 27 de enero la cumbre de la CELAC donde el presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso hablaba de la “estratégica alianza entre América Latina y el viejo continente, aspecto que deja entrever el verdadero interés de la Unión Europea en buscar alianzas geoestratégicas que le permitan regresar a su estado de confort económico que tanto caracterizó a los países de la zona euro.


Pero la diferencia que pueden presumir entre los posibles acuerdos entablados entre “Unión Europea –América Latina” “Unión Europea – Estados Unidos” es el bagaje que tiene tanto Europa como Estados Unidos en la firma de acuerdos internacionales.

Los dos monstruos comerciales reconocen las ganancias producto de dichos acuerdos, sin ignorar las asimetrías de dichas ganancias y el hecho de que una balanza comercial que mantenga el mismo nivel de beneficio entre la Unión Europea y Estados Unidos parece casi una utopía. Cada una promulgará, defenderá y revisará con minuciosidad las palabras hechas papel  plasmadas en ese acuerdo que después puede convertirse en el peor remedio a una enfermedad económica preocupantemente contagiosa a nivel global.
  

Se trata de que se planten en la misma mesa dos potencias económicas a discutir de tratados de libre comercio, pero esa vez, sentados dentro de la misma línea de autoridad; Lo que representa una diferencia enorme a cuando se sientan en sillas dispares los países desarrollados y aquellos  proveedores de commodities.


Ninguno dará su brazo a torcer al buscar transparencia comercial para sus regiones, puesto que siempre se han acostumbrado a tomar la sartén por el mango  y ahora tendrán que aguantar unos cuantos quemones para compartir ese espacio tan pequeño, donde sí o sí tendrán que caber 2 manos.

Nathalie Reyes








[1] The Economist, European economy guide. Unemployment rate. http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2013/02/european-economy-guide

BRICS, BRICS, BRICS



cagle.com

Hágase esta imagen mental: La bolsa de valores de Nueva Delhi, un edificio medianamente prolijo de arquitectura contemporánea y occidental, la calle de enfrente es un caos de Rikshaws y a 10 mts de estos una vaca camina libre como si estuviese en un área rural.

¿A qué le sabe la imagen?
A mí, personalmente me sabe a la realidad de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), esa famosa sigla que desde el inicio de la crisis mundial en el 2008 empezó a ganar un peso político y económico en el escenario internacional, pasando a convertirse en la nueva promesa de desarrollo y crecimiento económico en el Sistema Internacional.

Representando un 18% del PIB mundial, 40% de la población, 15% del comercio y 40% de las reservas monetarias del planeta, los BRICS se llevan las miradas del mundo más aún cuando consultoras como Ernst & Young y Goldman Sachs,  pronostican mediante modelos macroeconómicos que China, en el 2035 será la nación con el mayor PIB del mundo y el resto de los BRICS entrarán a situarse en el selecto grupo de 6 países que contarán con el PIB más alto, superando al Reino Unido y Alemania[1].

Así mismo y sin el propósito de desmeritar los logros conseguidos en materia económica, no hay garantía de que los BRICS puedan mantener sus índices de crecimiento.

¿Por qué?
Si tenemos en cuenta que sus fuentes primarias no son renovables –al contrario de los países actualmente desarrollados que están innovando en esta materia- y considerando el hecho de que el verdadero impulsor de este grupo es China[2]; se da paso a reevaluar la potencialidad de verdadero desarrollo que pueda tener este grupo de países emergentes.

¿Debería mencionar además que no existe una verdadera cohesión política entre estos países?, China e India se miran con recelo y ninguno de estos países ha asumido un rol de liderazgo dentro de sus propias regiones.

Volviendo a la imagen inicial, quedan muchas preguntas abiertas sobre los BRICS y sobre todo de su verdadero futuro a sabiendas de que su crecimiento ha descendido lentamente en los últimos 2 años, el crecimiento económico no es lo mismo que el desarrollo -en todo el sentido de la palabra- e internamente cada Estado enfrenta nuevos retos políticos que son requeridos cuando una sociedad empieza a consumir y producir a gran escala en el mercado global.

De igual manera, entran a considerarse factores culturales y políticos muy arraigados que en algún momento tendrán repercusión en términos de desarrollo, suponiendo un crecimiento  progresivo  de estos países,  tales como el sistema de castas hindú, las malas condiciones de trabajo en fábricas en China y los altos índices de violencia y delincuencia común en Brasil.

Laura López



[1] Antoine Van Agtmael (Noviembre 2012). Think Again:The Brics .Foreign Policy. Obtenido de: http://www.foreignpolicy.com/articles/2012/10/08/think_again_the_brics?page=0,0
[2] Bob Davis (Enero 1 de 2013).BRICS fade as engine of growth. Obtenido de: http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324677204578188400990457408.html

Una Alemania que miente a su progreso multicultural




“El pasado 6 de Abril del 2012, en el periódico alemán Spiegel, el columnista Özlem Gezer, informo sobre la migración de varios roms al barrio berlinés de Neukölln, considerado uno de los barrios más pobres y con problemas en la mayor parte de Alemania. El ingreso de este grupo étnico a este país es con idea de buscar una mayor fuente de beneficios estatales y una esperanza de vida”. (Gezer, 2012)

La mayoría de la población Rom al llegar a territorio alemán, ha tenido que sortear diferentes obstáculos que le han impedido integrarse a la sociedad alemana, por cuanto su condición de marginación en Europa, ha hecho que durante varias décadas atrás se mantenga el estigma de minoría étnica. Esta condición cultural y económica, ha hecho  que la población no obtenga representación política en el Estado alemán y no pueda proteger sus intereses ante los diferentes tipos de discriminación que hacen las instituciones políticas y la sociedad alemana, excluyéndolos al acceso de los servicios sociales, legales y de salud.

Observamos que  las medidas adoptadas por las organizaciones de la sociedad civil como es el Centro de Políticas, Cultura e Investigación y el Gobierno Alemán, en  el proyecto de la reforma a la ley de inmigración, se establece la obligación que tienen los inmigrantes de  aprender el idioma, buscar un trabajo y una vivienda, en un período de tiempo limitado sin ningún tipo de contraprestación por el Estado Alemán, como pudiera ser el caso de la obtención de la residencia o ciudadanía alemana. Estas medidas, no alivian o mejoran de una forma sustancial la problemática de los inmigrantes, son solo soluciones cortoplacistas.

Una política de inmigración debe consultar y resolver los problemas fundamentales de estas personas en salud, empleo y educación que se logran otorgando representación a las minorías étnicas en las diferentes instituciones del Estado, buscando la igualdad y el respeto de  sus valores y creencias. La importancia de que sean reconocidas por el Estado Alemán como minorías étnicas es fundamental, por cuanto tienen la capacidad para negociar y solicitar el apoyo a las diferentes instituciones estatales, de lo contrario seguirán siendo considerados como cualquier inmigrante sin derecho a nada y sin poder solicitar el apoyo del Estado.

El diseño de una política de inmigración integral, debe ser concertado entre los países afectados y tiene que definir claramente las acciones, los derechos, deberes y responsabilidades de las partes para que no haya ni ganadores ni perdedores.

Como conclusión, considero que una reforma a la ley de inmigración debe considerar otros elementos como puede ser otorgar representación política a nivel institucional, logrando la posibilidad de tener acceso a los beneficios que tiene la sociedad Alemana.

Rodrigo Martínez.

Bibliografía
Gezer, Ö. (6 de Abril de 2012). Roma Immigrants Find 'Paradise' in Troubled Berlin District. Spiegel , págs. 1-2.