Actualmente, La unión Europea no agota
herramientas y alianzas internacionales estratégicas a nivel comercial para
lograr la posición y estabilidad económica que tanto caracterizó hasta
hace un poco más de 5 años a dicho bloque.
Con un desempleo de más de 25% en Grecia y
España y de más de 15% en Portugal[1], el contexto económico y social
enmarcado en políticas de austeridad fiscal, no prometen que el entorno cambie
a menos que se establezcan, entre otras medidas, acuerdos comerciales
estratégicos con otras economías que hagan sus veces de “economía jalonadora”
en un juego comercial de suma positiva.
Observar como Europa acude a Estados
Unidos en búsqueda de cooperación económica internacional mediante la reducción arancelaria a
las importaciones estadounidenses, me rememora el pasado 26 y 27 de enero la cumbre
de la CELAC donde el presidente de la Comisión Europea José Manuel
Barroso hablaba de la “estratégica alianza entre América Latina y el viejo
continente, aspecto que deja entrever el verdadero interés de la Unión Europea
en buscar alianzas geoestratégicas que le permitan regresar a su estado de
confort económico que tanto caracterizó a los países de la zona euro.
Pero la diferencia que pueden presumir
entre los posibles acuerdos entablados entre “Unión Europea –América Latina”
“Unión Europea – Estados Unidos” es el bagaje que tiene tanto Europa como
Estados Unidos en la firma de acuerdos internacionales.
Los dos monstruos comerciales reconocen
las ganancias producto de dichos acuerdos, sin
ignorar las asimetrías de dichas ganancias y el hecho de que una balanza
comercial que mantenga el mismo nivel de beneficio entre la Unión Europea y
Estados Unidos parece casi una utopía. Cada una promulgará, defenderá y
revisará con minuciosidad las palabras hechas papel plasmadas en ese
acuerdo que después puede convertirse en el peor remedio a una enfermedad
económica preocupantemente contagiosa a nivel global.
Se trata de que se planten en la misma
mesa dos potencias económicas a discutir de tratados de libre comercio, pero
esa vez, sentados dentro de la misma línea de autoridad; Lo que representa una
diferencia enorme a cuando se sientan en sillas dispares los países
desarrollados y aquellos proveedores de commodities.
Ninguno dará su brazo a torcer al buscar
transparencia comercial para sus regiones, puesto que siempre se han
acostumbrado a tomar la sartén por el mango y ahora tendrán que aguantar
unos cuantos quemones para compartir ese espacio tan pequeño, donde sí o sí
tendrán que caber 2 manos.
Nathalie Reyes
[1] The Economist, European economy guide. Unemployment rate. http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2013/02/european-economy-guide
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